miércoles, 15 de agosto de 2012

NO LEAN SUS LABIOS PERO MIREN SUS OBRAS



En estos momentos de aprietes y presiones, en que el gobierno nacional parece contar con todos los resortes del poder  mientras oculta sus fracasos  y debilidades, es cuando hay que  mostrar el verdadero temple y mantenerse en posiciones firmes, defendiendo los principios  y valores constitucionales, nuestra libertad, nuestra familia, nuestra patria y nuestras instituciones.

Por Juan Carlos Neves

La frase “read my lips, no new taxes” (lean mis labios, no habrá nuevos impuestos) fue pronunciada por George H. W. Bush, en 1988, cuando era candidato a presidente de los Estados Unidos por el partido Republicano. Esa promesa tuvo una gran influencia en los electores que finalmente lo ungieron presidente, pero George Bush no honró su palabra y aumentó los impuestos durante su gobierno. La imagen de Bush enunciando su incumplida promesa fue repetida reiteradamente por los Demócratas encabezados por William  Clinton en la campaña presidencial de 1992 y se estima que tuvo una influencia decisiva para que George Bush fuera uno de los tres presidentes que  no lograron su reelección  en los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial.

Más allá de que en la derrota de Bush influenciaron también múltiples factores de naturaleza económica, es un hecho que el valor de la palabra y el cumplimiento de las promesas es un elemento de gran valor en la consideración de los líderes en los sistemas democráticos consolidados porque hacen a la credibilidad y la confianza que los ciudadanos pueden depositar en aquel que dirigirá  a su nación. Ese valor, se encuentra totalmente desvirtuado en la sociedad argentina al punto de aceptar que el engaño al elector constituye una regla no escrita, pero totalmente válida, en el juego político. Prueba de ello fue que el presidente Carlos Menem se permitió reconocer que había engañado al electorado en la campaña por su primer período pues suponía que  nunca lo hubieran votado si expresaba sinceramente cual  era su plan de gobierno y a pesar de ello fue nuevamente votado y elegido.

Todo esto, sin embargo, ha sido ampliamente superado por nueve años de engaños sistemáticos, contradicciones flagrantes y anuncios sin sentido, que se derraman sobre nuestra sociedad desde el atril presidencial del gobierno del Frente para la Victoria, reflejado en una sucesión interminable de imágenes trasmitidas por la cadena nacional. ¿Imagina usted a la señora presidente Cristina Fernández de Kirchner  diciendo:” Lean mis labios, tendremos un gasoducto desde Venezuela a la Argentina y un tren bala que unirá Buenos Aires con Rosario y Córdoba y saldaremos la deuda con el Club de París”, y tantas otros anuncios sin visos de cumplimiento, enfrentada a sus propias palabras  en una nueva campaña presidencial? ¿Puede con el mismo énfasis alabar y denostar a los ex dueños de REPSOL YPF, al sindicalista Moyano, al Gobernador Scioli o a cualquier otro personaje, sin echar por tierra su coherencia? ¿Puede con los mismos argumentos criticar o justificar un aumento del 300 por ciento en el precio del gas, como hizo esta semana, o la vigencia de los subsidios o  políticas hidrocarburíferas opuestas,  sin hacer trizas su credibilidad? Parece que sí, puede  y lo hace,  porque a pesar de tales desafueros, la señora presidente fue reelecta y un grupo de gobernadores de su partido están pidiendo modificar la Constitución para permitirle aspirar a un nuevo mandato presidencial. Ante tales incongruencias solo nos permitimos sugerir a nuestros conciudadanos: no se molesten en leer  sus labios pues nada obtendrían de ello, pero por favor, miren sus obras y actúen en consecuencia.

Llevamos nueve días de paro total de subterráneos y el lunes habremos superado, según datos confiables, el record mundial de días de huelga de subtes en poder de los franceses. Este lamentable logro,  refleja la total falta de voluntad del gobierno nacional por solucionar  un conflicto que afecta mayoritariamente a un distrito electoral en el que ha perdido reiteradamente las elecciones. Según el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, el gremio sin reconocimiento que mantiene esta huelga responde a instrucciones del gobierno nacional y persigue, en última instancia, no solo forzarlo a aceptar la transferencia del servicio del subte en condiciones inadecuadas sino también quebrar política y materialmente al gobierno de la Ciudad. Aunque el Jefe de Gabinete del gobierno nacional ha negado esta afirmación, los dirigentes que se conocen como “metrodelegados” y que no responden a la UTA (el gremio reconocido) no ocultan su afiliación a  fuerzas aliadas al oficialismo que responden a Sabatella y a Luis D’Elia y repiten el estribillo de que el conflicto deben solucionarlo el gobierno de la Ciudad y la Empresa Metrovías. Esto hace muy evidente su intención y da crédito a lo afirmado por Mauricio Macri. Es inconcebible que en su afán de hundir políticamente a un presunto candidato presidencial opositor, el gobierno nacional sumerja en la incomodidad y en el caos a 900.000 usuarios del subte  y a millones de personas que diariamente sufren en su traslado por la ciudad.

Si se duda de que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está bajo ataque, basta repasar la media sanción que la Cámara de Diputados dio en condiciones irregulares a un proyecto de Ley que quita al Banco de la Ciudad los fondos de depósitos  judiciales para ponerlos en las arcas del Banco de la Nación o el ataque en horda que sufrió el Hospital Santojanni por parte de alrededor de sesenta vándalos que llegaron en micros escolares del conurbano bonaerense con la excusa de manifestar por un supuesto caso de mala praxis para terminar destruyendo  material y lesionando al personal. Los 33 hospitales de la Ciudad pararon 24 horas por este hecho, pidiendo la seguridad que le  fuera quitada por el gobierno nacional como parte de una insensata forma de competir políticamente, causando daño al distrito en que no triunfa el oficialismo.

Observamos cotidianamente que la situación económica se deteriora en forma progresiva lo que  ha afectado  la maquinaria de compra de voluntades. El gobierno continúa anunciando nuevas restricciones a la compra de dólares que ya ha alcanzado a quienes viajan al extranjero. La cadena nacional fue usada una vez más para tratar de paliar con palabras amañadas  el efecto negativo de la regulación total del mercado de combustibles y el aumento del 300 por ciento del gas en estaciones de servicio. Las importaciones y exportaciones se encuentran  reguladas  al punto de afectar las relaciones comerciales con diversos países que incluyen a los socios del MERCOSUR. Esta imposibilidad de  anunciar buenas noticias parece que lleva a redoblar los ataques públicos a quienes no se subordinan a la voluntad del oficialismo con la aparente intención de imponer una única visión. El lunes, la señora presidente dijo que “con gritos y trompadas no se resuelven los problemas”, sabias palabras que apuntaban a la actitud del sindicalista Hugo Moyano, hoy devenido en opositor pero hasta hace pocos meses celoso defensor del “modelo” del oficialismo. Es ocioso decir que Moyano nunca cambió su estilo y siempre fue alabado hasta que cambió de bando. Evidentemente no se critica lo que hace sino por quien o para quien lo hace. En la marea destructiva cayó el periodista Marcelo Bonelli mencionado con nombre  y apellido en la cadena nacional del jueves por la señora presidente. La señora Fernández destacó que nunca acostumbra nombrar con nombre y apellido a sus atacados (recuerdo omitir leer los labios) pero que lo hace porque descubrió que este periodista, su esposa y un socio, recibían dinero de REPSOL  y aunque reconoció que no sabía porqué cobraban, lanzó sobre él un enorme manto de sospecha. En la misma sesión sugirió a los periodistas la propuesta de una ley de ética periodística que sorprende por la osadía, en un gobierno que maneja la publicidad en forma discrecional y que utiliza los entretiempos del Fútbol para Todos, programa pagado con recursos impositivos, hasta para criticar a Mauricio Macri y su gestión en el tema del subte como lo hizo esta misma semana.

El resumen es que hemos entrado en una etapa en que el oficialismo ya no se preocupa por las incongruencias entre lo que expresan los labios y lo que indican los hechos porque su estrategia no es ya convencer  y persuadir sino someter y amedrentar. Un día somos conmovidos porque los presos son llevados a actos políticos y  otro porque la agrupación oficialista La Cámpora realiza talleres políticos en escuelas públicas. Parece que todo vale y que estuviéramos bajo la consigna del “me ne frego” (me importa un comino) que los fascistas escribían en las vendas de los heridos para expresar que estaban listos y dispuestos para el combate. El gobierno no da excusas, simplemente avanza sobre todo lo que se pone en su camino que conduce al objetivo de alcanzar un poder total, que resulta ciertamente incompatible con el ideal republicano. Algunos sectores de la oposición, que parecían sentirse cómodos con ser parte del sistema desde sus cargos en el  Congreso, sin sufrir la presión de la gestión, comienzan a dar muestras de preocupación porque el oficialismo cada vez les deja menos espacio para participar y cuida menos las formas.  Una muestra de esto es que manifiestan que no se dejarán engañar con la apelación a la soberanía ensayada por el gobierno para justificar la intervención y posterior expropiación de la imprenta Ciccone cuando aun no se ha resuelto el caso judicial que involucra al Vicepresidente  y al Jefe de la AFIP con esta empresa. Es muy importante que estos sectores se anoticien de que lo que está sucediendo pone en riesgo las instituciones  y que no pueden apelar a viejas consignas partidarias (como hicieron con la expropiación de YPF) para justificar los procedimientos inaceptables del oficialismo. Estamos en un punto de inflexión y cada sector tiene que asumir sus responsabilidades sin renuncios ni distracciones.

En estos momentos de aprietes y presiones, en que el gobierno nacional parece contar con todos los resortes del poder  mientras oculta sus fracasos  y debilidades, es cuando hay que  mostrar el verdadero temple y mantenerse en posiciones firmes, defendiendo los principios  y valores constitucionales, nuestra libertad, nuestra familia, nuestra patria y nuestras instituciones, con la convicción que nos da nuestra fe en Dios  y nuestro compromiso con la verdad. Quienes estamos en este pequeño pero activo partido que es Nueva Unión Ciudadana prometemos trabajar con perseverancia  y firmeza para cambiar el actual modelo de decadencia material y espiritual a través de las urnas a partir del año 2013 sumados a todos los que estén dispuestos a no rendirse ante quienes quieren quitarnos el derecho a vivir en una república democrática, representativa y federal.
Por favor, no pierdan tiempo leyendo sus labios, miren sus obras  y no se queden indiferentes a la hora de actuar.
Un abrazo para todos y dejemos la inocencia para los corazones tiernos de nuestros niños en su día.

Juan Carlos Neves, presidente de Nueva Unión Ciudadana

Más información www.politicaydesarrollo.com.ar

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