miércoles, 29 de agosto de 2012

INTERVENCION DIPUTADO OMAR DE MARCHI



Expropiación Ciccone
SESION Día 23 de agosto de 2012
H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN


Sr. De Marchi.- Señor presidente: da la sensación de que lo que hoy estamos debatiendo aquí es la expropiación de una empresa en la Argentina. Si esto fuera todo, no debería generarnos mayor sorpresa, toda vez que este gobierno –como observamos a diario- ha transformado las excepciones en regla. Por ejemplo, para el Poder Ejecutivo las reglas son los decretos de necesidad y urgencia, la violación permanente de los contratos, silenciar por la coerción a los medios de prensa independientes, malgastar la plata de los jubilados, transformar al Banco Central en una oficina del Ministerio de Economía y a su vez haber transformado a este ministerio en la sala de espera de la Secretaría de Comercio, presionar a los jueces para evitar la justicia, apartar a los fiscales para evitar las investigaciones ‑este tema es evidente testigo de lo que digo-, y finalmente la regla es expropiar empresas para ponerlas al servicio de vaya a saber qué intereses.
            O sea que la novedad no es en definitiva que el gobierno venga a la carga por otra empresa, sino que lo novedoso en este caso es que se utiliza una figura de excepción como es la expropiación para esconder delitos.
            Por eso decimos que el tema de hoy no es la expropiación de Ciccone. Si tuviéramos que ponerle título a esta sesión, sería algo así como, por ejemplo, “Salvar a Boudou es salvar a la Patria”. Es a cualquier costo, como venga, como sea, y esto sí es lo que verdaderamente sorprende, porque ni siquiera se ocupan ya de cuidar las formas.  En otros tiempos, no hace mucho quizás, hubieran al menos guionado este tema, hubieran desarrollado argumentos ante los medios para que aunque sea aparezcan como simulando estar apegados a la ley.  Hoy ni siquiera les interesan las formas, los modales ni nada. 
            Ayer con estupor escuchamos a una señora diputada en la comisión expresar claramente, y con toda frescura, que no querían dar explicaciones y tampoco querían que las dé el vicepresidente, porque “esta ley ya está aprobada”. 
            Esto desnuda indudablemente la estrategia del gobierno: terminar con el tema Boudou, a cualquier costo, como sea, porque sin duda cualquier costo en estas condiciones siempre será menor a presenciar el vergonzante proceso judicial de un vicepresidente sospechado de corrupción.  Esa es la lógica. 
            En otros años, queridos amigos –y está muy bien el que amigo Kunkel esté atento escuchando‑ se cometían muchos delitos y hasta se mataba gente en nombre de causas pretendidamente revolucionarias, se secuestraba gente para que con los fondos de un rescate, aunque impuro por supuesto, se sostuvieran los esfuerzos económicos de una lucha clandestina imaginada por sus jefes como luchas épicas, libertadoras e impregnadas, desde luego, de valores e ideales que, por supuesto, no comparto ni justifico ni pretendo tampoco hacer apología del delito, pero hay que destacar que al menos la finalidad de esos delitos desprendía un perfume de trascendencia para quienes los ejecutaban.  Muchos de los aquí presentes eran clandestinos en esos tiempos.  Había pasión y odio, había compañeros y cipayos, había patria y había colonia.
            Hoy se delinque ya no desde la clandestinidad, se delinque desde las más altas esferas del poder y no por fines épicos y trascendentes.  Se delinque para comprar departamentos en Puerto Madero, para comprar poderosas motos y pasearse impunemente por todos lados, para ostentar favores hechos a los amigos.  ¿Qué nos quiere hacer creer?  ¿Hoy pretenden convencernos de que Ciccone es patria?  ¿Que Boudou es la bandera nacional y popular como símbolo de la lucha contra el imperio?
            Ya está bueno, ya es bastante, ya es mucho.  ¿Hasta dónde piensan llegar?  No se olviden de que las construcciones levantadas sobre barro caen rápidamente.  Creo que lo que el señor vicepresidente tiene que hacer es honrar la institución que él preside, frente a tanto respeto que se pide.  Debe someterse sin dobleces a la Justicia.  ¿Por qué la evade? 
            ¿Se puede creer acaso que Boudou no tiene nada que ver con Ciccone?  Pido que levanten la mano quienes creen que Boudou es inocente.  Bien, Kunkel, usted sí que es un soldado obsecuente y obediente, el único.  ¡Qué solo que está Boudou! 
            Están tirando demasiado de la cuerda.  No crean que la impunidad que otorga el fugaz paso por el Poder Ejecutivo es permanente.  Tarde o temprano estos hechos van a ser juzgados. 
            El poder puede convencer a algunos periodistas para que hablen de otra cosa o edulcoren la realidad, a cambio de unos pocos pesos.  El poder puede convencer a muchos gobernadores para que aun a costa de traicionar a su pueblo se someten al discurso único a cambio de una “partidita”, aunque sea para poder pagar sueldos. 
            El poder puede convencer a muchos sindicatos para que aun traicionando a sus trabajadores simulen que todo está bien y exijan aumentos del Indec y no los del supermercado.  El poder también puede convencer a muchos de ustedes para que voten en un sentido u otro, pero de lo que sí estoy absolutamente seguro es que el poder jamás podrá convencer a sus propias conciencias
            Detrás de esta cerrada defensa que ustedes hoy están ejerciendo no hay épica, no hay gloria, no hay trascendencia.  Sólo están escondiendo a un pobre hombre que ha utilizado su cargo para enriquecerse, tan chiquito como eso, es el pequeño objetivo que ustedes están defendiendo aquí.
            Marcos Aguinis escribió en una columna para uno de los pocos diarios independientes que aún quedan en la Argentina lo siguiente: “Asombra que tan poca gente ‑primero él y ahora sólo ella- haya conseguido armar una tan poderosa legión de autómatas. Es patético ver cómo gente grande aplaude y sonríe ante el mínimo gesto de la presidenta mientras actúa por cadena nacional.”
            Por último, a esta altura les pido que no se ocupen de contestarme; más bien quisiera que ocuparan ese tiempo en decirnos claramente –no se escondan en el anonimato de las acciones- de quién es Ciccone, de quién es la Compañía de Valores Sudamericana, quién es The Old Found, quién es Tierras International Investments, quién es Vandenbroele y, finalmente, contesten, si es que pueden, quién es Amado Boudou.(Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Orden por favor.


lunes, 27 de agosto de 2012

El lento despertar


El gobierno quiere imponer un modelo autoritario, personalista, centralizado y estatizador, cosa que ya no disimula y que pretende perfeccionar con una reforma constitucional a su medida.

Por Juan Carlos Neves

Por Hace apenas una semana apelábamos a la necesidad de establecer  un acuerdo básico programático consistente en el compromiso de cada partido y candidato que se dice opositor a rechazar la   reforma constitucional con que el oficialismo pretende, no sólo permitir que la presidente Cristina Fernández de Kirchner pueda acceder a nuevos mandatos no autorizados por la actual carta magna, sino también modificar aspectos sustanciales del sistema de vida adoptado por la Argentina desde sus nacimiento como nación.

Fue con un sentimiento de esperanza que nos anoticiamos esta semana de la aparición de un documento en que la Unión Cívica Radical pide al resto de las agrupaciones políticas que se manifiesten con firmeza en contra de las aventuras releccionistas y de una reforma constitucional que apunta a la legalización del “autoritarismo y la soberbia”. Esta iniciativa ha recogido una rápida coincidencia  y apoyo en la mayoría de las fuerzas políticas no oficialistas con argumentos similares, provenientes de sectores tanto de centroizquierda como de centroderecha.

Ciertamente no pensamos que esta actitud recoja nuestra expresión de deseos, ni que sea fruto de las teorías telepáticas que atribuyen al pensamiento la virtud de trasmitirse de cerebro en cerebro en forma inconsciente  y omnidireccional.  Creemos en cambio que es el fruto de un lento despertar de la conciencia republicana en muchos actores políticos y sociales que comienzan a percibir el peligro que representa la materialización de la expresión “vamos por todo” a través de la cual el actual gobierno ha hecho visible su omnímoda voluntad de poder.

La reforma constitucional es, sin dudas, un objetivo de máxima que debe superar las barreras que la propia constitución, la voluntad política opositora y la opinión pública presentan a su concreción. En el camino, el gobierno promueve cada día  acciones tanto desde lo doctrinario como de lo práctico que van mostrando su naturaleza autoritaria y su voluntad estatizadora  y refractaria a la libertad, la propiedad privada, el federalismo, la pluralidad de pensamiento y la estructura social alrededor de las cuales se ha constituido y desarrollado nuestra nación. Es interesante comprobar que el gobierno oculta cada vez menos la naturaleza de sus planes sea porque se siente más impune por el poder adquirido  o más desesperado por los fracasos acumulados.

Repasemos los hechos. Recientemente la sociedad fue conmocionada por la noticia de que presidiarios que cumplen graves condenas, son sacados de las cárceles para participar de actividades vinculadas a la política oficialista. El hecho fue investigado por diputados opositores. Se evidencia la existencia de una agrupación oficialista denominada “Vatayón Militante” que realiza estas actividades con la anuencia del Jefe del Servicio Penitenciario Federal. Casi simultáneamente se toma noticia que La Cámpora, otra agrupación oficialista, realiza actividades de adoctrinamiento en diversas escuelas del país con la forma de talleres,  utilizando la figura del “Nestornauta” que es una caricatura del ex presidente Néstor Kirchner en clave de historieta. Lo notable es que  la señora presidente, lejos de negar o rechazar estas actividades, las reivindicó en forma explícita desde su atril de la Casa Rosada. Según su visión, las reacciones provienen  de viejos a quienes les molestan los jóvenes, argumento que por inconcebible  y poco  serio no requiere mayor análisis.

Me preguntaba  un apreciado amigo que sucedería si solicitáramos permiso para llevar las ideas de nuestro partido a las escuelas, haciendo referencia al antecedente de La Cámpora. Pues bien, aunque difícilmente nos autorizaran, ello no sería posible porque como muy bien señaló esta semana la Academia de Educación, la ley de educación nacional no contempla la participación en el ámbito escolar de  las organizaciones políticas con actividades partidarias y equipara los talleres de La Cámpora con  prácticas condenables, históricamente utilizadas por regímenes totalitarios para adoctrinar a la juventud. 

Estas actividades en cárceles  y escuelas no surgen  de  denuncias  promovidas por las mentes afiebradas de ninguna organización destituyente. Son, lamentablemente, actividades realizadas en forma desembozada, con apoyo oficial, avaladas personalmente por la señora presidente y si para algo han servido fue para mostrar sin medias tintas ni disimulo la verdadera naturaleza del poder que nos gobierna.

Pero hay mucho más. En un acto público la señora Presidente homenajeó a Envar el Kadri, fundador de la banda criminal autodenominada Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y autor  y responsable de atentados terroristas y asesinatos. Este tipo de homenajes, cualquiera sea su motivación, representa una apología del terrorismo y la violencia, de naturaleza insólita al provenir de la máxima autoridad  de un Estado democrático. En este contexto, no sorprende la denuncia de la muerte de 168 militares acusados de delitos de lesa humanidad, detenidos durante años sin condena, mal atendidos de las enfermedades propias de su avanzada edad, con pleno desinterés por sus derechos humanos evidenciado por parte de quienes los enviaron a las cárceles en nombre de tales derechos.

Quizás la más clara y patética demostración de como percibe parte de la sociedad la naturaleza del gobierno, la dio el director de cine Eliseo Subiela al  ser denunciado públicamente por el Jefe de la AFIP  luego de que hiciera pública su protesta porque le negaron las divisas necesarias para realizar su actividad en el extranjero. Se equivocan al hacerme esto a mí, dijo, porque yo no soy un enemigo ni un opositor, “yo fui montonero”.  Claramente, no es el mensaje de un ciudadano que se dirige  en defensa de sus derechos a las autoridades de un  gobierno democrático sino la de un montonero que apela a su condición de miembro de la banda, ante quienes identifica como sus pares.

Si estas cuestiones asustan a la sociedad por la amenaza que perciben a su libertad y a sus derechos ciudadanos del mismo modo se acrecienta la preocupación por los avances sobre el derecho de propiedad, el de ejercer toda industria lícita y  la libertad de tránsito por la sucesión de leyes  y proyectos que surgen del oficialismo.

En breve tiempo, representantes gubernamentales anunciaron y desmintieron la voluntad de inhibir las barreras arquitectónicas que producen áreas de esparcimiento privadas en barrios cerrados y “countries” y dejaron trascender  un plan oficial que facilita las expropiaciones de terrenos privados. También se conoció la creación de un nuevo marco regulatorio de la actividad eléctrica por el cual será el gobierno quien fije la ganancia que podrá tener cada empresa del sector teniendo en cuenta sus costos de producción. Curiosa inversión de la historia. Durante el gobierno de Carlos Menem, las empresas de servicios públicos en manos del Estado eran desfinanciadas para tornarlas inviables y luego privatizadas absorbiendo dicho Estado los pasivos y las  indemnizaciones por despidos.  En el gobierno de los Kirchner, las empresas de servicios públicos privadas son desfinanciadas y tornadas inviables por congelamiento de tarifas que las hacen dependientes de los subsidios hasta que el Estado toma de una forma u otra su control. En el medio de las manipulaciones hechas para satisfacer la ideología política de turno quedan atrapados la eficiencia, los usuarios y la credibilidad del Estado.

Como demostración suprema de la manipulación, esta semana la Cámara de Diputados consumó la expropiación de la ex Ciccone en una sesión en que fue duramente cuestionada la figura del Vicepresidente Amado Boudou. La causa formal que adujo el gobierno para intervenir y luego declarar de utilidad pública esta imprenta es su incapacidad de producir la cantidad de billetes necesarios con los medios disponibles en la Casa de la Moneda. Esto revela, en primer lugar, el nivel de la negada inflación que multiplica la cantidad de billetes en forma inusitada y la falta de seriedad del gobierno al no acuñar billetes de valor superior para pretender seguir disimulando esa inflación. También revela su imprevisión, al no haber adquirido la maquinaria necesaria luego de nueve años de gobierno. Finalmente muestra su estilo y naturaleza al apropiarse por expropiación de  medios privados para satisfacer sus necesidades creando un clima de total  desazón y desconfianza empresarial. Al igual que en el caso de YPF, la ley fue enviada al Congreso luego de intervenir la empresa en forma contraria a derecho y sin fijar previamente el valor de la expropiación como indica la Constitución.  El hecho de que la empresa se expropia sin que la justicia haya podido determinar quienes son sus dueños y que a pesar de ello estuviera cumpliendo un contrato convenido con el Estado permitió exponer la presunción de muchos legisladores de que el verdadero dueño en las sombras no es otro que el mismo Vicepresidente, situación que deberá ser tratada por la justicia. El caso, en su conjunto, es una verdadera vergüenza nacional que nuevamente fue votada sin fisuras por el oficialismo e incluso por algunos opositores, quienes inexplicablemente dijeron sentirse atados por haber presentado proyectos similares en el pasado, pretendiendo ignorar que ahora estaban ante una maniobra burda del oficialismo por ocultar errores y situaciones cuestionables.

Lo importante es que ahora todo  está claro. El gobierno quiere imponer un modelo autoritario, personalista, centralizado y estatizador, cosa que ya no disimula y que pretende perfeccionar con una reforma constitucional a su medida. Gran parte de la sociedad ya lo advirtió y ha comenzado lentamente a despertar y a presentar un frente desde los gobernadores que reclaman por su coparticipación, pasando por los partidos políticos que están consensuando un compromiso que evite que los vayan cooptando y presionando en forma individual y finalizando con grupos sindicales que ya no quieren jugar de sostén de un modelo que los castiga con la inflación y el sometimiento. En sus propias palabras “para el gobierno quienes no son esclavos son enemigos”.

Pues bien, nos sumamos a los que no quieren ser esclavos. Esperemos ser legión y poder demostrarlo en las próximas elecciones que serán históricas para defender nuestros derechos y libertades.

Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana

viernes, 17 de agosto de 2012

Circular 47 - UPMAC



Publicamos la Circular Nro. 47 de UPMAC, con un análisis detallado del reciente Decreto 1305 / 12, que ha suscitado numerosas controversias, ya que lamentablemente no satisface las expectativas de la mayoría de nuestros camaradas.

AGRAVIO A LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACION

La UPMAC, considera que el Decreto N° 1305/12 recientemente dictado por el Poder Ejecutivo de la Nación, constituye una agraviante involución en la problemática salarial de las FFAA, no dando solución definitiva al conflicto preexistente y atentando contra un pilar básico de toda institución armada, como es la disciplina.
Al respecto, puntualizamos:
1.      La Política Salarial adoptada a través del mencionado decreto insiste en recurrir a mecanismos ilegales, como los suplementos no remunerativos de gran magnitud aplicados a la generalidad del personal en actividad, en detrimento de los haberes del personal  retirado y pensionistas.
2.      Contrariamente a lo enunciado en los Considerandos del mismo, la nueva escala de haberes constituye una clara desjerarquización, alterando notablemente los parámetros vigentes desde hace muchos años y violando de este modo legítimos derechos adquiridos, siendo inexplicablemente los más perjudicados los suboficiales de mayor antigüedad.
3.      Por lo tanto, lejos de subsanar los vicios enunciados en sucesivos fallos de la CSJN, se persiste en los mismos con la misma finalidad: sustraer recursos en perjuicio del sector pasivo, habilitando nuevamente la vía legal como única y lamentable alternativa.
4.      UPMAC mantiene el objetivo trazado al presentar su Proyecto de Haberes en el pasado mes de febrero al Sr. Ministro de Defensa, entregado y claramente explicado en la persona del Viceministro Sr. Carlos Esquivel, ya que constituye el mínimo legal aceptable a fin de dar una solución integral y definitiva al problema legal que tanto afecta al sector militar.
5.      Por consiguiente, UPMAC realizará un profundo análisis de la situación planteada y la inconstitucionalidad que la misma representa, a fin de adoptar el curso de acción más aconsejable en defensa de los legítimos intereses de sus asociados y de toda la familia militar.
En la página www.upmac.org.ar pueden consultarse las Observaciones detalladas, así como el Decreto en cuestión y demás documentos.

Buenos Aires, 15 de Agosto de 2012

JUAN CARLOS BATTAGLINI
Suboficil Mayor ARA (R)
Secretario

EMILIO HORACIO GIMENEZ
Capitán de Navío (RE) VGM
Vicepresidente

FRANCISCO RICARDO VERNA
Coronel (R)
Presidente

Unión del Personal Militar Asociación Civil
Año del 30 aniversario de la Gesta de Malvinas


miércoles, 15 de agosto de 2012

NO LEAN SUS LABIOS PERO MIREN SUS OBRAS



En estos momentos de aprietes y presiones, en que el gobierno nacional parece contar con todos los resortes del poder  mientras oculta sus fracasos  y debilidades, es cuando hay que  mostrar el verdadero temple y mantenerse en posiciones firmes, defendiendo los principios  y valores constitucionales, nuestra libertad, nuestra familia, nuestra patria y nuestras instituciones.

Por Juan Carlos Neves

La frase “read my lips, no new taxes” (lean mis labios, no habrá nuevos impuestos) fue pronunciada por George H. W. Bush, en 1988, cuando era candidato a presidente de los Estados Unidos por el partido Republicano. Esa promesa tuvo una gran influencia en los electores que finalmente lo ungieron presidente, pero George Bush no honró su palabra y aumentó los impuestos durante su gobierno. La imagen de Bush enunciando su incumplida promesa fue repetida reiteradamente por los Demócratas encabezados por William  Clinton en la campaña presidencial de 1992 y se estima que tuvo una influencia decisiva para que George Bush fuera uno de los tres presidentes que  no lograron su reelección  en los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial.

Más allá de que en la derrota de Bush influenciaron también múltiples factores de naturaleza económica, es un hecho que el valor de la palabra y el cumplimiento de las promesas es un elemento de gran valor en la consideración de los líderes en los sistemas democráticos consolidados porque hacen a la credibilidad y la confianza que los ciudadanos pueden depositar en aquel que dirigirá  a su nación. Ese valor, se encuentra totalmente desvirtuado en la sociedad argentina al punto de aceptar que el engaño al elector constituye una regla no escrita, pero totalmente válida, en el juego político. Prueba de ello fue que el presidente Carlos Menem se permitió reconocer que había engañado al electorado en la campaña por su primer período pues suponía que  nunca lo hubieran votado si expresaba sinceramente cual  era su plan de gobierno y a pesar de ello fue nuevamente votado y elegido.

Todo esto, sin embargo, ha sido ampliamente superado por nueve años de engaños sistemáticos, contradicciones flagrantes y anuncios sin sentido, que se derraman sobre nuestra sociedad desde el atril presidencial del gobierno del Frente para la Victoria, reflejado en una sucesión interminable de imágenes trasmitidas por la cadena nacional. ¿Imagina usted a la señora presidente Cristina Fernández de Kirchner  diciendo:” Lean mis labios, tendremos un gasoducto desde Venezuela a la Argentina y un tren bala que unirá Buenos Aires con Rosario y Córdoba y saldaremos la deuda con el Club de París”, y tantas otros anuncios sin visos de cumplimiento, enfrentada a sus propias palabras  en una nueva campaña presidencial? ¿Puede con el mismo énfasis alabar y denostar a los ex dueños de REPSOL YPF, al sindicalista Moyano, al Gobernador Scioli o a cualquier otro personaje, sin echar por tierra su coherencia? ¿Puede con los mismos argumentos criticar o justificar un aumento del 300 por ciento en el precio del gas, como hizo esta semana, o la vigencia de los subsidios o  políticas hidrocarburíferas opuestas,  sin hacer trizas su credibilidad? Parece que sí, puede  y lo hace,  porque a pesar de tales desafueros, la señora presidente fue reelecta y un grupo de gobernadores de su partido están pidiendo modificar la Constitución para permitirle aspirar a un nuevo mandato presidencial. Ante tales incongruencias solo nos permitimos sugerir a nuestros conciudadanos: no se molesten en leer  sus labios pues nada obtendrían de ello, pero por favor, miren sus obras y actúen en consecuencia.

Llevamos nueve días de paro total de subterráneos y el lunes habremos superado, según datos confiables, el record mundial de días de huelga de subtes en poder de los franceses. Este lamentable logro,  refleja la total falta de voluntad del gobierno nacional por solucionar  un conflicto que afecta mayoritariamente a un distrito electoral en el que ha perdido reiteradamente las elecciones. Según el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, el gremio sin reconocimiento que mantiene esta huelga responde a instrucciones del gobierno nacional y persigue, en última instancia, no solo forzarlo a aceptar la transferencia del servicio del subte en condiciones inadecuadas sino también quebrar política y materialmente al gobierno de la Ciudad. Aunque el Jefe de Gabinete del gobierno nacional ha negado esta afirmación, los dirigentes que se conocen como “metrodelegados” y que no responden a la UTA (el gremio reconocido) no ocultan su afiliación a  fuerzas aliadas al oficialismo que responden a Sabatella y a Luis D’Elia y repiten el estribillo de que el conflicto deben solucionarlo el gobierno de la Ciudad y la Empresa Metrovías. Esto hace muy evidente su intención y da crédito a lo afirmado por Mauricio Macri. Es inconcebible que en su afán de hundir políticamente a un presunto candidato presidencial opositor, el gobierno nacional sumerja en la incomodidad y en el caos a 900.000 usuarios del subte  y a millones de personas que diariamente sufren en su traslado por la ciudad.

Si se duda de que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está bajo ataque, basta repasar la media sanción que la Cámara de Diputados dio en condiciones irregulares a un proyecto de Ley que quita al Banco de la Ciudad los fondos de depósitos  judiciales para ponerlos en las arcas del Banco de la Nación o el ataque en horda que sufrió el Hospital Santojanni por parte de alrededor de sesenta vándalos que llegaron en micros escolares del conurbano bonaerense con la excusa de manifestar por un supuesto caso de mala praxis para terminar destruyendo  material y lesionando al personal. Los 33 hospitales de la Ciudad pararon 24 horas por este hecho, pidiendo la seguridad que le  fuera quitada por el gobierno nacional como parte de una insensata forma de competir políticamente, causando daño al distrito en que no triunfa el oficialismo.

Observamos cotidianamente que la situación económica se deteriora en forma progresiva lo que  ha afectado  la maquinaria de compra de voluntades. El gobierno continúa anunciando nuevas restricciones a la compra de dólares que ya ha alcanzado a quienes viajan al extranjero. La cadena nacional fue usada una vez más para tratar de paliar con palabras amañadas  el efecto negativo de la regulación total del mercado de combustibles y el aumento del 300 por ciento del gas en estaciones de servicio. Las importaciones y exportaciones se encuentran  reguladas  al punto de afectar las relaciones comerciales con diversos países que incluyen a los socios del MERCOSUR. Esta imposibilidad de  anunciar buenas noticias parece que lleva a redoblar los ataques públicos a quienes no se subordinan a la voluntad del oficialismo con la aparente intención de imponer una única visión. El lunes, la señora presidente dijo que “con gritos y trompadas no se resuelven los problemas”, sabias palabras que apuntaban a la actitud del sindicalista Hugo Moyano, hoy devenido en opositor pero hasta hace pocos meses celoso defensor del “modelo” del oficialismo. Es ocioso decir que Moyano nunca cambió su estilo y siempre fue alabado hasta que cambió de bando. Evidentemente no se critica lo que hace sino por quien o para quien lo hace. En la marea destructiva cayó el periodista Marcelo Bonelli mencionado con nombre  y apellido en la cadena nacional del jueves por la señora presidente. La señora Fernández destacó que nunca acostumbra nombrar con nombre y apellido a sus atacados (recuerdo omitir leer los labios) pero que lo hace porque descubrió que este periodista, su esposa y un socio, recibían dinero de REPSOL  y aunque reconoció que no sabía porqué cobraban, lanzó sobre él un enorme manto de sospecha. En la misma sesión sugirió a los periodistas la propuesta de una ley de ética periodística que sorprende por la osadía, en un gobierno que maneja la publicidad en forma discrecional y que utiliza los entretiempos del Fútbol para Todos, programa pagado con recursos impositivos, hasta para criticar a Mauricio Macri y su gestión en el tema del subte como lo hizo esta misma semana.

El resumen es que hemos entrado en una etapa en que el oficialismo ya no se preocupa por las incongruencias entre lo que expresan los labios y lo que indican los hechos porque su estrategia no es ya convencer  y persuadir sino someter y amedrentar. Un día somos conmovidos porque los presos son llevados a actos políticos y  otro porque la agrupación oficialista La Cámpora realiza talleres políticos en escuelas públicas. Parece que todo vale y que estuviéramos bajo la consigna del “me ne frego” (me importa un comino) que los fascistas escribían en las vendas de los heridos para expresar que estaban listos y dispuestos para el combate. El gobierno no da excusas, simplemente avanza sobre todo lo que se pone en su camino que conduce al objetivo de alcanzar un poder total, que resulta ciertamente incompatible con el ideal republicano. Algunos sectores de la oposición, que parecían sentirse cómodos con ser parte del sistema desde sus cargos en el  Congreso, sin sufrir la presión de la gestión, comienzan a dar muestras de preocupación porque el oficialismo cada vez les deja menos espacio para participar y cuida menos las formas.  Una muestra de esto es que manifiestan que no se dejarán engañar con la apelación a la soberanía ensayada por el gobierno para justificar la intervención y posterior expropiación de la imprenta Ciccone cuando aun no se ha resuelto el caso judicial que involucra al Vicepresidente  y al Jefe de la AFIP con esta empresa. Es muy importante que estos sectores se anoticien de que lo que está sucediendo pone en riesgo las instituciones  y que no pueden apelar a viejas consignas partidarias (como hicieron con la expropiación de YPF) para justificar los procedimientos inaceptables del oficialismo. Estamos en un punto de inflexión y cada sector tiene que asumir sus responsabilidades sin renuncios ni distracciones.

En estos momentos de aprietes y presiones, en que el gobierno nacional parece contar con todos los resortes del poder  mientras oculta sus fracasos  y debilidades, es cuando hay que  mostrar el verdadero temple y mantenerse en posiciones firmes, defendiendo los principios  y valores constitucionales, nuestra libertad, nuestra familia, nuestra patria y nuestras instituciones, con la convicción que nos da nuestra fe en Dios  y nuestro compromiso con la verdad. Quienes estamos en este pequeño pero activo partido que es Nueva Unión Ciudadana prometemos trabajar con perseverancia  y firmeza para cambiar el actual modelo de decadencia material y espiritual a través de las urnas a partir del año 2013 sumados a todos los que estén dispuestos a no rendirse ante quienes quieren quitarnos el derecho a vivir en una república democrática, representativa y federal.
Por favor, no pierdan tiempo leyendo sus labios, miren sus obras  y no se queden indiferentes a la hora de actuar.
Un abrazo para todos y dejemos la inocencia para los corazones tiernos de nuestros niños en su día.

Juan Carlos Neves, presidente de Nueva Unión Ciudadana

Más información www.politicaydesarrollo.com.ar

lunes, 13 de agosto de 2012

RAZONES PARA UN SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO


“Si queremos paz, debemos cuidar las armas; si las deponemos jamás tendremos paz”.
 Cicerón


ALGUNAS CONSIDERACIONES PRELIMINARES

En el mes de enero de 1983, cuando los argentinos nos encaminábamos hacia un nuevo proceso democrático, Raúl Alfonsín anunciaba públicamente su proyecto de "desmalvinización", al afirmar el día 25 en una nota del diario La Prensa, que ocupar las Islas Malvinas había sido "un error", y que Londres sólo negociaría con un gobierno democrático.

Tratábase, en realidad, de un mensaje perfectamente claro que prenunciaba la política de desmalvinización y de desarticulación del aparato militar, que fue debidamente tomado en cuenta por los intereses a quienes estaba dirigido.

Más aun, los asesores jurídicos del radicalismo -entre otros: Malamud Goti, Nino, Schifrin, D’Alessio, Gil Lavedra, Paixao- estaban ya pergeñando la puesta en escena de un teatral juicio al estilo de Nüremberg (1), que le confiriera a Alfonsín cierto prestigio internacional, y facilitara en lo interno, el oprobio y desmantelamiento de las FFAA.

A tal efecto, los militares debían aparecer como la encarnación kantiana del Mal, como asesinos de la dignidad humana, cuyas iniquidades debían ser castigadas aun contrariando principios elementales del derecho al aplicárseles una justicia retroactiva (2), y además violatoria de la Constitución Nacional, al juzgar su accionar con tribunales ad hoc.

Cuando Carlos Menem, quien desgobernó la Argentina durante una década, en aras de algún espurio y fugaz rédito derogó por decreto la Ley 17.531/57 de Servicio Militar obligatorio, además de sepultar un instituto centenario, lo que estaba haciendo en realidad era asestar el golpe de gracia a las FFAA, que son pilares en toda nación organizada, por cuanto aquellas se nutren de ésta y constituyen la defensa armada de su soberanía.

Así precipitó la cuenta regresiva del proceso de metástasis social que iniciara Raúl Alfonsín; carcinoma que por lo visto aun no ha culminado, desconociéndose cómo y cuándo lo hará.

Como sociedad, deberíamos asumir que en algún lugar hemos extraviado el rumbo, y que es preciso desandar lo andado.

Pero la realidad, como siempre, nos golpea: nadie puede imaginarse a alguno de nuestros políticos sugiriendo reinstalar el Servicio Militar Obligatorio.

Mucho menos en una sociedad signada por la cultura del menor esfuerzo y la banalidad; con una dirigencia que antes de poner manos a la obra en determinada empresa, mide la importancia y alcance de los costos políticos.

Nada se hace si no es en virtud del impúdico beneficio propio. Sólo basta con mirar hacia atrás, para que caigamos en la cuenta de que estamos mucho peor que antes de aquel 6 de marzo de 1994, en que Omar Carrasco fue asesinado.

RAZONES HISTORICAS

Los Regimientos de Línea estaban conformados por enganchados y destinados.

Los primeros serían lo que hoy conocemos como “voluntarios”, y servían tres años en infantería o cuatro en caballería o artillería. Percibían una asignación mensual que variaba según el Arma y el tiempo de servicio.

Como el "enganche" no cubría las necesidades del Ejército, el 30 de Octubre de 1858, se sancionó una ley que sería precursora del Servicio Militar Obligatorio, que entre otras consideraciones, decía que “los vagos y mal entretenidos, los que en día de labor se encuentran habitualmente en casas de juego o en tabernas, los que usen cuchillos o arma blanca en la capital y pueblos de campaña, los que cometan hurtos simples o los que infieran heridas leves, serán destinados al servicio de las armas por un término que no baje de dos años ni exceda e cuatro”.(3)

En las postrimerías del siglo XIX, el gobierno del presidente Julio A. Roca se enfrentaba a la ciclópea tarea de materializar la tan ponderada unificación nacional. Su ministro de Guerra, el Cnl Pablo Ricchieri, tenía además, la firme convicción de que se debía reestructurar y modernizar al Ejército, convirtiéndolo en una formidable herramienta para el dominio soberano de la Nación, que también fuera disuasoria de cualquier amague externo.

En su interior albergaba la idea de implementar un Servicio Militar Obligatorio, que se convirtiera en un elemento de comunión para los hijos de las distintas regiones y orígenes de la Patria.

En palabras del mismo Ricchieri, el SMO estaba llamado a convertirse en "un poderoso instrumento de moralización pública...", toda vez que el objetivo principal no era que los jóvenes aprendieran sólo a manejar un arma y desfilar, sino que tuvieran una única identidad nacional, forjada en un ámbito de disciplina, de principios éticos y morales.

Mientras perduró, tuvo una inmensa y nunca bien valorada función educadora y social, pues en una sociedad que quiera prosperar no debe haber ignorancia, y sus hombres deben ser personas de bien, con una sólida formación moral.

Con esa filosofía, las FFAA, asistieron sanitariamente, educaron y formaron a millones de jóvenes argentinos, inculcándoles junto al amor a la Patria, una escala de valores, principios de urbanidad y de aseo, ya que muchos no conocían, por ejemplo, un cepillo de dientes. Otros tantos aprendieron las primeras letras que los integraran con la comunidad, o un oficio que les permitiría abrirse camino en sus vidas.

Pero fundamentalmente y sin ser su razón esencial, ayudó generaciones enteras de argentinos a comprender cabalmente el significado de ser un ciudadano, y de ser iguales ante la LEY, que si bien da derechos, también impone obligaciones.

El heterogéneo contingente que cada año se incorporaba a las distintas unidades en toda la Patria, unía a porteños con provincianos; analfabetos con instruidos; descendientes de inmigrantes con criollos, hijos de familias acomodadas con aquellos que nunca habían tenido cuatro comidas al día.

Era pues natural que los primeros tiempos fueran de incertidumbre y regionalismos, de camarillas y rivalidades.

Pero la vida militar imbuye a los hombres algo que pocos entienden, y que en ninguna góndola de la economía de mercado se puede conseguir: el Espíritu de Cuerpo.


RAZONES GEOPOLITICAS

Así como la guerra es la continuación de la política a través de las armas, las guerras modernas sólo se ganan cuando se logra quebrar la voluntad adversa del enemigo.

El Nuevo Orden Mundial y la Globalización propugnada por intereses multinacionales, la desidia de una sociedad enferma terminal, la corrupción que genera miseria, ignorancia y carencia de valores, sumadas a la ausencia de Justicia, son factores que irremediablemente conducirían a cualquier nación empobrecida a la balcanización.

En tal sentido, la acción psicológica de intereses anglo-americanos, se ha desarrollado siempre sobre la estrategia de provocar pequeñas guerras civiles controladas, hacedoras de caos social, como en el pasado en India, Birmania, África, Oriente Medio; luego en el Sudeste Asiático, Sierra Leona, Costa de Marfil, Congo y Angola; como también en Sudamérica y más recientemente las guerras secesionistas de la ex Yugoslavia.

Si quisiéramos hacer una semblanza e imaginar cuál sería nuestro destino como nación, recordemos que el trágico período de guerras civiles conocido la Anarquía del Año XX nos costó perder el Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental.

”…es preciso que el servicio militar sea obligatorio de verdad para que todas las clases sociales estén representadas en las FFAA… y aquellos que por distintas causas no estén aptos por vigor físico o capacidad intelectual... pasarán a trabajar en proyectos sociales en cualquier punto del país..."

Esta afirmación no corresponde a ningún nostálgico militar argentino, ni a la Ley Ricchieri, sino al Ministro de Asuntos Estratégicos del Presidente Lula da Silva, el filósofo Roberto Mangabeira Unger.

Asimismo, agregó el ministro, que "existe consenso entre dirigentes civiles y militares de que el servicio militar obligatorio debe ser mantenido y profundizado”, porque su país necesita tener un escudo “no sólo contra las agresiones sino contra las intimaciones"; y a la luz de ciertas pretensiones hegemónicas de fantoches regionales, o de imperialismos transnacionales, poder “decir que no cuando deba decir que no".

En esa estrategia el gobierno brasileño duplicó en 2008 el presupuesto militar, y acaba de firmar un acuerdo con Francia para la adquisición de casi 14.000 millones de dólares en equipamiento militar; cifra que supera holgadamente las compras de Chile, Venezuela y Colombia juntas.

Para la administración de Lula es preciso que las Fuerzas Armadas recuperen su poder "de disuasión", y al mismo tiempo “propender al desarrollo integral de la industria nacional, como proveedora de los insumos y equipos”.

En tanto, el ministro de Defensa, Nelson Jobim, en una ceremonia de entrega de aviones Mirage a la FAB; consideró que esta readecuación militar permitirá superar las desventajas regionales.

Es innegable que estamos ante la reacción brasileña luego del anuncio de EE.UU. de aumentar y ampliar sus bases en Colombia y de que el Departamento de la Defensa instruyera al Comando Sur para reactivar la IV Flota y patrullar tanto el Caribe y el Pacífico como el Atlántico Sur.

No es un secreto que Brasil, como potencia emergente sudamericana, ha promovido en la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) la creación de un Consejo Sudamericano de Defensa, toda vez que para el Planalto, una alianza militar sin injerencia de Washington evitaría que se internacionalicen futuras crisis como la colombiana, y así se intente legitimar el principio de “ataques preventivos” en una hipotética guerra contra el narcoterrorismo en un Cono Sur de enorme importancia geopolítica.

Pero en tanto que la diplomacia brasileña fomenta la creación de una fuerza militar conjunta latinoamericana, EEUU desarrolla una nueva doctrina estratégica basada en alianzas con países sudamericanos, en un marco de inminentes pugnas feroces por la energía y los recursos naturales, tan importantes como el agua.

No es casual que mister Tony Blair, ex Primer Ministro británico devenido en lobbysta, haya anunciado en una reunión parlamentaria del G8 en Tokio, que Brasil debería contar con “ayuda internacional” para proteger el Amazonas, el Acuífero Guaraní, y podemos inferir que también las reservas de petróleo recién descubiertas en el océano Atlántico por Petrobras.

La Argentina en cambio hoy se encuentra inerme, y no deberíamos desdeñar la amenaza que implica la eventual embestida de corporaciones multinacionales con gran poder económico y político que, como en nuestro caso, supera al de varios estados.

Lo alarmante es que éstas mayormente materializan sus estrategias a través de acciones armadas, contando con ejércitos privados y “servicios” tan poderosos, que tienen la capacidad de generar y combatir mafias, o simplemente promover la insurgencia que derroca gobiernos que no acepten sus recetas.


RAZONES ECONOMICAS

En un país desbastado como el nuestro, el cumplimiento del Servicio Militar Obligatorio tendría una incidencia fundamental en el proceso de mejoramiento económico, no sólo por las industrias que genera, sino también por la cualificación laboral de las próximas generaciones de argentinos.

Este fenómeno es comprensible desde un enfoque macroeconómico del asunto, toda vez que sólo mejorando la calidad y el volumen de nuestro mercado laboral, mejorarán entre otras variables, el empleo, la estabilidad de precios, la producción y la “distribución de la renta”, tan pregonada desde los atriles de Balcarce 50.

El desarrollo pleno de una economía se sustenta tanto con factores inmediatos como mediatos, es decir, de elementos actuales, como futuros que no necesariamente sean consecuencia directa de aquellos.

Va de suyo que, merced a un intensivo plan de formación profesional, el Servicio Militar Obligatorio debería ser apreciado más que como un pesado lastre, como una inversión que efectiva y sanamente ha de incidir en nuestros jóvenes, tanto en sus cualidades las morales como en el desarrollo de aptitudes y conocimientos técnicos.

En la Argentina del siglo XXI, casi la quinta parte de los niños que ingresan a la escolaridad primaria provienen de familias cuyos padres JAMAS trabajaron, en virtud del clientelismo desarrollado en más de veinticinco años de gobiernos populistas, que en lugar de fomentar la creación de fuentes laborales, desarrollar medios de comunicación vial y proyectos de producción, dilapida la contribución de los que trabajan; forjando desde aquella legendaria Caja PAN hasta nuestros días una generación de parásitos sociales.

No es por falta de recursos, sino por la absoluta carencia de moral, que mueren niños desnutridos en un país exportador de alimentos.

Aquellos que se incorporen al SMO deberían ser instruidos militarmente en el lapso de un año en la más estricta disciplina, como corresponde a toda institución armada.

Luego de dicho periodo –o durante el mismo-, deberán recibir escolaridad primaria y/o secundaria según el caso, tras lo cual optarán por programas de instrucción que comprendieran materias como carpintería, construcción, metalúrgica, enfermería, producción textil y alimenticia, mecánica, tornería, electricidad y electrónica, agricultura y zootecnia, sistemas, etc.

Estructuras edilicias hay de sobra: antes que terminen de rematar los predios de las FFAA, o que instauren más museos de la desmemoria, sería apropiado darles una verdadera utilidad, en donde los soldados que tuvieran conocimientos adquiridos antes del ingreso, asistan como furrieles especialistas a quienes instruyan a aquellos que se están formando; desplegando la Compañía a partir de allí, una valiosa actividad social en zonas carenciadas, en emergencia, o afectadas por factores fortuitos.

Las Fuerzas Armadas se nutren del pueblo al cual pertenecen y protegen. Pueblo y FFAA son una sola entidad siendo éstas el brazo armado de aquél.

Quienes cumplan con el SMO podrán desarrollarse profesionalmente en un adecuado y necesario marco disciplinario, forjador de la tan necesaria escala de valores hoy desconocida por muchos, adquiriendo tanto el conocimiento de una determinada materia, como también instruyéndose para ejercer el no menos valioso deber-derecho de “armarse para defender a la Patria”, imbuidos del más noble sentimiento que el hombre pueda tener, aquel que nos hace ofrendar la propia vida sin esperar reconocimiento alguno.

En sentido objetivo, el servicio militar es de vital importancia a mediano plazo, tanto para la seguridad de la Nación, como para el desarrollo individual de aquellos que prestarán servicios profesionales o técnicos a la sociedad a la que pertenecen, desarrollando las potencialidades adquiridas en el servicio, o ampliando y/u optimizando las que ya traían al ingresar, tanto en beneficio de la Patria y de la Institución a la que estén incorporados, como de ellos mismos.


RAZONES MORALES

A diario, las noticias dan cuenta del incremento de la violencia juvenil en las calles, las escuelas o a la salida de una discoteca, siendo éste otro estigma más de la generalizada corruptela de una sociedad con evidentes síntomas de descomposición moral.

La Argentina se ha convertido hoy virtualmente en tierra de narcos, donde grupos de adolescentes asesinan en cualquier esquina a un ser humano porque no pagó un “peaje”. Es que nadie se da cuenta de que la peor crisis es la moral?

Los padres de familia ya casi no tienen autoridad sobre sus hijos.

No existen límites, ni la familia funciona como factor moral de contención.

El Servicio Militar Obligatorio estuvo siempre en el centro de todas las discusiones éticas y morales, pues para algunos representa una limitación a la libertad del hombre, valor fundamental de los derechos humanos.

Al menos, eso es lo que desde hace tiempo nos quieren hacer creer los intereses foráneos y nuestros idiotas útiles, a través de una intensa campaña psicológica.

En tal sentido, nosotros mismos deberíamos comenzar por admitir que la libertad para ser tal, ciertamente tiene múltiples limitaciones, y que las mismas hacen plantearnos en qué consiste la verdadera libertad como valor fundamental.

Las sociedades se cimientan sobre la base de normas éticas, morales, culturales y de derecho positivo.

Y en lo que respecta a la actuación del hombre en esa sociedad, es menester un esquema jurídico que regule sus actos, limitando su libertad en aras del bienestar común y la paz social.

El Estado tiene y debe utilizar los medios legislativos destinados a tal efecto, pues esa es su función y su razón de ser. Si bien es verdaderamente complejo efectuar un análisis objetivo sin que alguien se sienta rozado por un tema tan delicado como son los derechos humanos, éstos en modo alguno justifican el incumplimiento de una obligación, que en este caso está por encima de todo, y es el llamado de la Patria.


RAZONES SOCIALES

El Imperio romano se extendió durante trece siglos, dejando para la humanidad un legado cultural insoslayable. Para ellos –como para cualquier otra civilización- el respeto irrestricto a los mayores tenía características institucionales.

De hecho, el único organismo de gobierno que conservaron durante las distintas etapas de su evolución desde la monarquía hasta el imperio, fue el Senado (del lat.. senex/anciano) que era un “consejo de ancianos” cuya influencia en el desarrollo del imperio fue transcendente.

Este colegiado tenía además la potestad de nombrar un dictador y determinar cuándo era necesario el nombramiento y quién debía ejercer el cargo.

Así en una escala menor, el ”pater familiae” era respetado en sus facultades y potestades cualquiera fuese su edad.

He aquí la razón por la cual el respeto a las instituciones estaba tan arraigado en esa sociedad, y la razón de que pervivan sus enseñanzas.

Alarmados vemos que delincuentes cada vez más jóvenes, ingresan a una vivienda donde viven ancianos que, luego de haber laborado duramente toda su vida, son molidos a golpes, torturados y asesinados para robarles lo poco que puedan aun conservar; irradiados de su comunidad porque ya no están mas incluidos en el “mercado productivo”.

Qué elementos tiene nuestra sociedad para poner límites a esto?

De qué hogar provienen los sujetos que así actúan?

Son de alguna forma reeducables?

Quien no respeta a sus mayores no respetará jamás a sus padres, a un funcionario, un policía, un magistrado, una institución, un gobierno, o una sociedad.

A los argentinos nos cuesta cada vez más respetar las normas, sean éstas meramente sociales, morales, de tránsito, educativas, civiles, penales, éticas, deportivas, de convivencia, o de respeto a los mayores.

Sabido es que las sociedades se yerguen sobre estructuras normativas que necesariamente deben ser observadas por sus individuos, so pena de ser pasibles de condenaciones, que van desde las mínimas como la recriminación o el reproche social y las pecuniarias, hasta las privativas de la libertad.

Pero la solución no pasa por encarcelar gente.

Hay que educarla, formarla en la cultura del trabajo, generar empleo, y darle dignidad para poder exigirle hábitos de conducta después.

Como el altruismo, la delincuencia es inherente a la esencia misma del hombre.

Puede nacer en cualquier ámbito.

Pero es ferozmente brutal cuando proviene de seres marginados, criados en un ambiente de resentimiento.

A este cóctel de injusticia social, hambre, ignorancia, promiscuidad y carencia de valores se le han sumado las drogas, cada vez más fáciles de conseguir, con lo cual el delito ya no volverá a ser lo mismo que antes.

Es verdad que muchos potenciales delincuentes fueron incorporados a las fuerzas armadas en virtud del SMO.

Como también es verdad que muchos de ellos se redescubrieron a sí mismos en la vida cuartelaria: el trato firme, las privaciones, el rancho, los castigos, la solidaridad, la milonga, el furtivo pan compartido, el capellán, la camaradería, las anécdotas después del toque de Silencio, la amistad que nace del simple hecho de prestar un birrete, y tantos etc. convirtieron en hombres de bien a quienes pudieron no haberlo sido.


RAZONES PROFESIONALES

Luego del asesinato del conscripto Omar Carrasco, la conducción política de entonces, decidió que se debía “suprimir el SMO y profesionalizar las FFAA”.

Pero a fuer de ser claros, hemos de estar de acuerdo en que no se han profesionalizado en absoluto; antes bien, casi no existen.

Es que en aquellas políticas que muchos ven como una burda persecución ideológica contra viejos soldados, en las cuales se defenestra a las FFAA/FFSS, en realidad hay un prolijo y sistemático plan gramsciano para que la Nación quede desarmada ante el incontenible avance del narcotráfico y sus múltiples meganegocios conexos.

Tal vez deberíamos tomar nota del ejemplo que nos da uno de los ejércitos más profesionales y efectivos del mundo, el israelí, en donde el servicio militar es obligatorio y dura tres años..

Esencialmente, sociedad y Ejército son una unidad, ya que una gran parte de quienes han cumplido con el SMO, sirven luego periódicamente durante muchos años.

Y debido a que los soldados a menudo tienen rangos que no se corresponden necesariamente con su condición en la vida civil, las FFAA de Israel se han convertido en una efectiva fuente de igualdad social y contribuyen a la integración de individuos de diferentes sectores.

Si bien siempre han contado con apoyo exterior, y mejores sistemas de armas que los de sus enemigos, las Fuerzas de Defensa de Israel tienen como ventaja principal la alta calidad de sus tropas, su motivación y entrenamiento intensivo.

Además las FDI se han hecho cargo de una variedad de funciones para la sociedad en general: con servicios especiales a los nuevos inmigrantes, elevando los niveles educativos para los adultos que no recibieron educación básica en sus países de origen, proveyendo maestros para los poblados en desarrollo, ayudando a las zonas desaventajadas y respondiendo a situaciones de emergencia en el sector civil.

A diferencia de la mayoría de los ejércitos del mundo, en Israel el Ejército comienza a seleccionar a sus candidatos para las unidades de élite, antes de que éstos terminen sus estudios secundarios.

Deben pasar por una fase de selección en donde deben superar rigurosos exámenes físicos e intelectuales. De los cientos de aspirantes, sólo medio centenar supera el ingreso, y de ellos menos de la mitad serán integrados a las unidades de fuerzas especiales.

Una vez finalizado el servicio militar, el soldado puede reintegrarse a la vida civil en condición de reservista, obligándose a volver al ejército cada año durante un periodo de casi un mes, para actualizar su especialización. (4)


TODAS LAS RAZONES, UNA SOLA RAZON

Hoy asistimos impotentes a la angustiante y progresiva degradación de nuestros jóvenes, quienes además carecen de referentes genuinos y de parámetros sociales y culturales adecuados; siendo en muchos casos la adicción a las drogas que se comercializan impunemente, la escapatoria obligada para sus frustraciones.

Ello es en virtud de la gran cantidad de “cocinas” elaboradoras de drogas que han proliferado en el conurbano bonaerense, y cuyos desechos son utilizados para la elaboración del "paco" de rápida acción adictiva, y de desempeño mucho más letal que las otras.

A su vez, es patético ver que nuestras Fuerzas de Seguridad se encuentran maniatadas, toda vez que, a estas alturas, a nadie escapa que no hay intención alguna del poder constituido de implementar políticas represivas del narcotráfico.

Más bien todo lo contrario: nos encaminamos hacia el abismo social en el que las guerras de narcos serán moneda corriente.

El próximo paso será instalar el debate de políticas abortistas, y aceptar que los carteles de la droga y gobiernos extranjeros puedan "colaborar", para elegirnos un presidente.

Así han conseguido que los jóvenes estén hoy a la deriva; y es ese un mal pronóstico, toda vez que una nación que no resguarda y forma a sus jóvenes adecuadamente, está destinada irremediablemente a extinguirse.

En tal sentido, el SMO está llamado a ser el vehículo propulsor de una profunda, necesaria y urgente reforma moral, económica y social.



jueves, 9 de agosto de 2012

Sensación de peligro


Existen hechos sociales que por sus características alcanzan un carácter simbólico que les da una trascendencia inusual y transformadora.


Por Juan Carlos Neves

En su  momento, la muerte del joven Axel Blumberg a manos de sus secuestradores conmovió a la sociedad hasta el punto de volcar a las calles a cientos de miles de ciudadanos y puso por primera vez en la agenda pública la problemática de la inseguridad.

Años después, el fallido intento del gobierno de Cristina Fernández de aumentar las retenciones a la soja provocó una extraordinaria reacción en el sector de los agricultores que se extendió a una gran parte de la sociedad que hizo causa común con “el campo” y que solo terminó cuando el Vicepresidente Julio Cobos dirimió en contra del oficialismo la votación más reñida de todo el período  de gobierno del Frente para la Victoria. Este hecho, marcó los límites del avance sobre la propiedad privada que la sociedad estaba dispuesta a tolerar en ese momento.

En sentido inverso, la muerte de Néstor Kirchner dejando a su esposa viuda y aparentemente desprotegida en el ejercicio de la presidencia, hizo resurgir a un gobierno que marchaba desprestigiado y desgastado a una probable derrota electoral. La viuda ganó holgadamente las elecciones pero sin solucionar, ni siquiera enfrentar, los graves problemas subyacentes cuya existencia ha comenzado a aflorar.

En la semana que pasó, el caso de los presos expuestos en sus salidas de los penales bajo control del  Servicio Penitenciario Federal para concurrir a actos supuestamente culturales pero con fuerte connotación política, devino en un tremendo revulsivo social cuya trascendencia aun no ha alcanzado toda su amplitud. Tuve oportunidad de participar en una reunión de ciudadanos de la región metropolitana norte en que comprobé la presencia de personas que habían tenido una fugaz participación en  política en las elecciones del 2003, cuando muchos sintieron la necesidad de jugarse por el terrible momento que atravesaba la nación, pero que luego volvieron a su  actividad privada cuando la situación  económica y social pareció encauzarse y recuperar la normalidad. La razón por la que este sector ha comenzado a retornar al ámbito de la confrontación política, que le es naturalmente ajeno, es consecuencia de la sensación de peligro que venía incrementándose de una forma difusa pero que despertó ante la visión surgida en el imaginario colectivo de un batallón de delincuentes, barra bravas y presos liberados, dispuestos a arrojarse como soldados del apocalipsis sobre una sociedad indefensa, inspirada con razón o sin ella por las desafortunadas decisiones de Víctor Hortel, director del Servicio Penitenciario Federal y el apoyo que recibió del más alto nivel gubernamental.

Es notable  cómo lo que en principio pareció apenas el descubrimiento por parte de la prensa de un caso puntual se fue complicando cuando la misma señora presidente, quien evidentemente reacciona exageradamente ante cualquier estímulo que surja del multimedios Clarín, no solo avaló al funcionario del Servicio Penitenciario sino que desnudó que lo sucedido no era un hecho circunstancial sino una política de Estado. Poco ayudaron las fotos del director del SPF disfrazado de “Hombre Araña” o tocando el bombo rodeado de delincuentes condenados por graves crímenes. Menos aun sus declaraciones que reconocen con orgullo su relación con la agrupación denominada Vatayón Militante que tiene una activa presencia en los penales o la noticia de que la agrupación oficialista La Cámpora había hecho en mayo un acto con la presencia del señor director en el penal federal de Rawson, justificado en la inauguración de un mural para conmemorar el inició de un juicio contra militares.

Más allá de las cuestiones técnicas referidas al  momento de la condena en que los presos pueden acceder a su participación en actividades de “reinserción” y lo absurdo de que dicha figura se aplicara a un músico de amplia trayectoria, recientemente condenado por el asesinato de su esposa y que mal puede haberse “desinsertado”, subyace la fundada preocupación de que se esté adoctrinando y cooptando a  criminales  presos para que pasen a militar en forma activa en las filas del oficialismo para hacer aquello por lo que han recibido condena, o sea, ejercer la violencia. Esta situación había sido denunciada por  Sergio Schoklender, un criminal con condena cumplida, que fue detenido recientemente por su supuesta participación en las estafas que motivaron la suspensión del programa de construcción de casas de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y que al ser liberado señaló la existencia del reclutamiento y organización de “presos para la militancia” entre los internos de los establecimientos penales del país. Curioso caso el de Schoklender que se ha transformado de acusado en acusador del gobierno y de las Madres de Plaza de Mayo y que dispone de información privilegiada que generalmente no es atendida hasta que, como sucedió en este caso, los graves hechos sucedidos parecen darle la razón.

Si el asunto de los presos con salidas a actos políticos causó seria preocupación, la simpatía expresada públicamente por la señora presidente por esos señores que se paran en la cancha en los para-avalanchas, de espaldas al campo de juego, para arengar a su tropa compuesta por los llamados “barra bravas” causó verdadera sorpresa. Debe tenerse en cuenta que esto fue dicho en la presentación de un sistema de identificación que, más allá de que no funcionó ni  en la prueba que pretendió hacer la señora Fernández, está supuestamente dirigido a evitar que los violentos e indeseables  puedan entrar a los estadios de futbol. Agregue usted la golpiza sufrida en Jujuy por un equipo de periodistas enviado por el señor Lanata a manos de la agrupación Tupac Amaru, otro ícono de la violencia que ya fuera denunciado por el senador Morales junto a la señora Milagro Sala que está a la cabeza de la agrupación, la irrefrenable ola de violencia delictiva en la Provincia de Buenos Aires  y la Ciudad Autónoma  y las declaraciones de la Ministra de Seguridad que insiste que todo  se trata de una “sensación de inseguridad” y puede claramente comprenderse por qué, de pronto,  la ciudadanía responsable ha sido recorrida por una sensación de peligro y de fundado temor. Quizás pocos expresaron tan claramente su sentimiento como el zapatero que anunció una “liquidación por robo” cansado de sufrir y de clamar por una justicia inexistente.

Al  riesgo del robo a mano armada que se sufre en la calle se nos suma la sospecha del robo de “guante blanco” que evidencia la sucesión de juicios por casos de corrupción que, a pesar de su siempre demorado desarrollo, ya desbordan los intentos de ocultamiento judicial. El caso Ciccone sigue su curso, sin perjuicio de que el señor Vicepresidente Amado Boudou logró que el juez y el fiscal original dejaran la causa  y que  renunciara el Procurador General. Sin embargo, ahora se sumó como imputado el Jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, ya que el caso presenta tantas irregularidades que no hay manera de hacerlo cerrar. Por el manejo de la tarjeta SUBE acaban de ser imputados el ex Secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi y otros diez funcionarios. También tenemos  una denuncia de corrupción que está enturbiando nuestra relación con el Uruguay por problemas surgidos en la licitación para el dragado del canal Martín García en el Río de la Plata. Si nuestros jueces fueran capaces de avanzar en estos casos, como sucede en Brasil y otros países más comprometidos con la transparencia, podrían al menos suplir la impotencia que muestra un poder legislativo con minoría en ambas cámaras y darnos una esperanza de cambio y una perdida sensación de justicia.

Pero la realidad es que la sensación de peligro se extiende a todos los ámbitos y sectores de la vida nacional. Si bien nos preocupa el aumento del veinte por ciento en los peajes  o la huelga del subte, mucho más nos afecta la distorsionada imagen de la economía en general que surge de las expresiones presidenciales. Desde la cadena nacional, esta vez utilizada para anunciar el pago de la cuota final del BODEN 2012 (cumplimiento que no merecería ninguna mención especial) la señora presidente lanzó una vez más una andanada de cifras que no se entiende a quién van dirigidas. Hay un público de funcionarios y militantes, siempre en primera fila  en cada presentación que aplauden y festejan sea lo que fuere que se diga. Hay un alto número de oyentes, presenciales o a través de las cámaras, que la escuchan pero no tienen los conocimientos para interpretar los datos. Y están los que pueden comprender  y se indignan de que se menoscabe su inteligencia con las cifras parciales, los hechos distorsionados y la asignación caprichosa de responsabilidades. Baste decir que no tiene ningún sentido que se mencionen porcentajes de aumentos de salarios descomunales sin desagregar los datos por inflación o que se hable de desendeudamiento ignorando el peso de la deuda interna que se ha generado con el Banco Central y con la ANSES, por ejemplo. Tampoco es virtuoso, el magro aumento a los jubilados que en su mayoría reciben montos inferiores al salario mínimo vital y móvil y que inclusive cobran menos  que los presos que trabajan en prisión. Lo más grave es que si la señora presidente realmente cree que el estado de la economía es floreciente y que puede controlar la situación con un creciente intervencionismo como ha hecho con el mercado hidrocarburífero, nos está negando hasta la esperanza.

Si todavía hay quien duda de porqué tenemos sensación de peligro le enumero:  porque se hace un uso político de los presos; porque se contemporiza con los barra bravas; porque se manipula políticamente a los centros de estudiantes; porque se hace un uso político hasta de los atletas olímpicos haciendo que lean en televisión mensajes de las abuelas de Plaza de Mayo; porque tenemos una Corte que acepta la prescripción por crímenes terroristas que asesinaron a 23 personas en el comedor de Coordinación Federal en que están imputados entre otros Mario Firmenich y Horacio Verbitsky mientras que es implacable con los imputados de origen militar; porque la presidente hasta se permite decirle al titular de la Asociación del Futbol Argentino cómo quiere que se denomine al torneo nacional como si fuera su dueña y señora, y sobre todo, porque se legisla, se comunica y se gobierna como si los delincuentes y los marginales fueran el corazón de la sociedad  dejando para el resto  la carga de soportar el sistema mientras lo abandonan  a merced de la violencia física y moral que impera en una comunidad con sus valores subvertidos.

Me queda como consuelo esa renovada voluntad de participación que he advertido en sectores que a veces pecan por indiferencia pero que parecen haber percibido, a través de la sensación de peligro, que aunque tengamos que enfrentar a quienes manejan muchos millones, planes, presos, barras bravas y conciencias, si ponemos la firme voluntad de comprometernos lograremos, con un mensaje contundente a  través de las urnas, alcanzar el milagro de imponer una sociedad más segura y una vida mejor.
Un abrazo para todos

Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana