martes, 7 de agosto de 2012

Debacle Progresiva



Esta semana fue la semana del destape. La señora presidente desnudó sin pudor sus contradicciones políticas…

Por Juan Carlos Neves

Hasta hace unas pocas semanas, una de las mayores preocupaciones de quienes vivimos  la zozobra de percibir la debacle progresiva que sufre nuestra  querida patria era tratar de despertar a un gran número de conciudadanos que parecían creer el falso panorama pintado por el gobierno para obtener un  triunfo electoral significativo. A veces, al contemplar a nuestra sociedad, nos surgía la imagen de la serpiente bailando bajo el influjo de la flauta del encantador. Otras, más crudas, la imagen era la de los frágiles pollitos hipnotizados por la mirada de la víbora decidida a devorarlos. Por fortuna, ahora tenemos un problema menos porque los últimos acontecimientos  políticos  y económicos han abierto los ojos de todos aquellos que no los mantienen definitivamente cerrados por  razones de conveniencia material o ceguera ideológica.

La señora presidente había manifestado en forma enfática que no enviaría más fuerzas federales para solucionar los problemas de los gobernadores. Es más, llegó al exabrupto de anunciar su disposición a desobedecer cualquier orden judicial al respecto aunque ello implicara su procesamiento. Sin embargo, este miércoles nos despertamos con la novedad de que las fuerzas de seguridad  habían sido enviadas a Santa Cruz para cumplir las funciones de la policía que llevaba 17 días de huelga. Sea porque la presidente ya no resistía la nostalgia por regresar a su hogar o porque la posibilidad de que se desatara el caos en la provincia que adoptó como propia le resultaba inaceptable, lo cierto es que cambió su determinación sin mayores explicaciones. No deja de ser interesante en el juego de las contradicciones que el hombre a cargo del operativo sea un militar que no está retirado, el Teniente Coronel Sergio Berni, Secretario de Seguridad, quien ha asumido un rol protagónico en las últimas acciones de la gendarmería. Esto es un claro reconocimiento  a la necesidad de utilizar funcionarios con conocimientos de la función operativa para trabajar en áreas vinculadas a la seguridad y la defensa. La Ministra Garré ya había evidenciado su ignorancia total cuando siendo titular del Ministerio de Defensa  reconoció su  desconocimiento de lo que era un FAL (Fusil Automático Liviano), arma esta que formaba parte del armamento básico de las Fuerzas Armadas, para justificar una venta de partes de armas que fue sospechada de ser un hecho de corrupción.
La utilización de personal militar, que se está empeñando también en operaciones sociales en las villas, demuestra que se ha comenzado tardíamente a reconsiderar su valor y capacidad. Esto no es sorprendente. Los militares son organizados, eficaces, leales y trabajan mucho con poca remuneración. Sin embargo, como la estructura vertical de las fuerzas  que integran  los lleva al cumplimiento estricto de las órdenes de quienes les mandan, cuando sus acciones son erróneas o ilegales la responsabilidad fue, es  y será siempre de sus Jefes, hecho este que suele ser  olvidado según la conveniencia de quienes los juzgan. Esperemos que esto sea tenido en cuenta ahora, que han sido llevados de nuevo al terreno en el ámbito interno y que no se olvide al revisar los hechos del pasado.

Otra sorpresa que nos deparó la señora presidente fue el anuncio de que había encontrado la forma de “ayudar” a la Provincia de Buenos Aires con la suma de 600 millones de pesos para que pudiera completar el pago del aguinaldo. Este anuncio, formulado luego de haber señalado reiteradamente las supuestas fallas de gestión y administración del gobernador, terminó de confundir a la opinión pública  o quizás le sirvió, por el contrario, para comprender que las decisiones del más alto nivel nacional son tomadas a partir de reacciones emotivas, caprichos personales, disputas políticas o en respuesta a encuestas de opinión. No de otra manera pueden interpretarse estos cambios bruscos  e inesperados que hacen ostensible que el gobierno no solo carece de un liderazgo claro sino que tampoco tiene equipo y mucho menos un plan. Todo es improvisación, especulación y puesta en escena.
No podemos dejar de mencionar que el lugar en que la señora presidente “encontró” los fondos para la provincia fue la caja de la ANSES, institución a la que obligó a prestar dinero de los jubilados con fines ajenos al destino para el que fueron recaudados. Es un hecho que con los recursos del fondo de sustentabilidad de la ANSES, se  realizan operaciones financieras que permiten mantener su valor en el tiempo, para lo que el rendimiento de tales operaciones debe, al menos, ser superior al deterioro que produce la inflación. Si no se cumple esta condición o si se emplean los fondos antes de atender a su finalidad básica como sucede al no pagar el aumento dispuesto por la Corte  y las sentencias de emanan de dicho órgano, se puede caer en la figura de malversación.

Si la falta de capacidad de conducción política quedó evidenciada por estos hechos, la absurda negación de la crisis económica quedó también al desnudo esta semana. Ni el  mismo INDEC nacional, a quien le cuesta tanto informar  los datos que incomodan al gobierno, ha podido evitar la publicación de la caída de un 0,5 por ciento en  el Estimador Mensual de Actividad Económica en mayo y una caída  del 4,7 por ciento en la actividad industrial en junio.  A esto se sumaron los datos oficiales del Ministerio de Economía que anuncian un déficit que superó los 10.000 millones de pesos en el primer semestre. Estos datos no son consecuencia de factores externos sino que evidencian el resultado de los errores que reiteradamente hemos señalado en las decisiones económicas internas. La estimulación de la demanda sin su correspondencia en la oferta trajo una falsa sensación de bienestar al precio de generar una inflación creciente. Ahora nos encontramos que las medidas para bajar la inflación se dan de bruces con las necesarias para estimular la economía  y que la tendencia al aumento del desempleo, la falta de inversión producto de la desconfianza, el reconocimiento de la escasez de dólares y las trabas a las importaciones y exportaciones, muestran una incipiente recesión de la que costará mucho salir. Aunque todavía haya funcionarios públicos que acusen a los economistas de “cacarear”, estamos ante hechos consumados que no pueden ser silenciados ni disimulados con palabras.

El tercer factor que quedó fuera de discusión por el peso de la evidencia fue la incapacidad de gestión que se reflejó en el área de transporte. La semana comenzó con el anuncio de que el servicio de subterráneos contará con 20 trenes menos por falta de mantenimiento. Poco importa si este servicio debería estar en manos de la Nación o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Lo cierto es que hoy lo controla la nación y que su deterioro es inocultable. El martes, Florencio Randazzo, Ministro del Interior y Transporte, anunció que la línea de trenes del Sarmiento dejará de funcionar en el horario de 22 horas a las 4 de la mañana en toda su extensión y los domingos todo el día de Liniers a Once, para realizar trabajos. Tardío reconocimiento del malgasto de millones en subsidios que terminó con una tragedia de consecuencias irreparables. Finalmente, completando su raid de malas noticias,  Randazzo informó el jueves el congelamiento por parte del estado nacional de los subsidios al transporte cuyo incremento futuro quedará a cargo de gobernadores  o intendentes que deberán solventarlos de sus propias partidas  o aumentar las tarifas. El fracaso de la política de transporte subsidiado nos deja con servicios ineficientes mantenidos con tarifas totalmente desactualizadas. Esta situación pondrá a gobernadores e intendentes en la obligación de aumentar el pasaje a usuarios que viajan muy mal, lo que por supuesto será una fuente generadora de conflictos y protestas. El gobierno nacional quizás piense que así cargará el costo político del problema a otros protagonistas pero parece ignorar, puerilmente, que vivimos todos en el mismo país  y que no permitiremos que se olvide que lo que suceda será la consecuencia de nueve años de pésima e irresponsable gestión.

Esta semana fue la semana del destape. La señora presidente desnudó sin pudor sus contradicciones políticas, el INDEC reconoció la caída de la economía y el Ministro de Transporte exhibió en toda su crudeza el fracaso de la gestión en el área del transporte que se suma a la energética, que ya reconoció la traumática pérdida del autoabastecimiento y sus costos insoportables. La pregunta que se impone es ¿cómo sigue la cuestión en el corto plazo? ya que una cosa es la descripción adjetivada de lo que sucedió y otra, más compleja y discutible,  la apreciación de lo que vendrá.
En nuestra evaluación el problema político continuará generando conflictos ya que se esta produciendo una brecha creciente entre el justicialismo (que da estructura nacional al Frente para la Victoria) que es de origen un partido de centro derecha, nacionalista y cristiano y el grupo gobernante, que expresa una postura de izquierda, atea, progresista y transgresora. Ya se ha pasado a la vereda de enfrente el sindicalismo que apoya a Moyano, quizás la expresión más pura de la ortodoxía peronista, y están en la mira gobernadores como Scioli y De la Sota. Las tensiones se agravarán a medida que se aproximen las elecciones y haya que confeccionar listas de legisladores que serán claves a la hora de habilitar una reforma constitucional que permita una eventual re- elección presidencial y también al tiempo de repartir recursos escasos en una economía en retroceso.
Esta última, la economía, presenta problemas que se han agravado a fuerza de la persistencia en los errores y continuará su deterioro a menos que se produzcan cambios profundos y dolorosos en el camino adoptado.
Pero la situación de nuestro país, si hacemos un paralelo con un enfermo, no es la del paciente que sufre el riesgo de un colapso cardíaco fulminante sino más bien la del que tiene un tumor maligno que lo va consumiendo, en medio de   agravamientos y mejorías, mientras  tozudamente se niega a la cirugía.  Confluyen para ello la estructura de la deuda que ha sido contraída mayormente con organismos internos y el alivio que proveen circunstancias externas como el precio de la soja que alcanzó el record histórico de  645 dólares la tonelada. Recordemos que hay un Fondo Solidario Sojero, forzado durante el conflicto con el campo  en el 2009, que obliga al gobierno nacional a repartir el 30 por ciento de los derechos de exportación de la soja a las provincias que a su vez deben distribuir el 30 por ciento de su parte entre sus municipios. Esos ingresos, que en el mes de julio se estiman  en casi 1000 millones  de pesos, son los paliativos producto de afortunados factores externos que permiten que la nave se mantenga a flote aunque cada vez con mayores conflictos sociales y colapsos sectoriales. El diagnóstico es: debacle progresiva con espasmos recurrentes.

Mientras el gobierno goza de un poder casi absoluto para conducir el país, al menos hasta que una ciudadanía despierta modifique la conformación de las Cámaras en el 2013, en el intermedio otros  mecanismos de la democracia deben activar su funcionamiento. Los juicios emblemáticos tales como la tragedia del Once que denuncia la ineficacia de gestión del gobierno, el caso Schoklender que revela los intereses creados que se anudan detrás de las pseudo organizaciones de derechos humanos y el caso Ciccone que abre las puertas al descubrimiento de la corrupción enquistada en los más altos niveles del gobierno, no pueden seguir siendo dilatados por la justicia. Los medios independientes tienen que comenzar a llamar a las cosas por su nombre y los referentes nacionales y provinciales, del ámbito empresarial, social y político, tienen que vencer la política del miedo que  se está instaurando para amordazar  bocas y conciencias. Solo así podremos paliar los daños hasta que la democracia nos de la oportunidad de cambiar la historia.
Un abrazo para todos.

Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana

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