lunes, 28 de mayo de 2012

Poder ser



Hay algo que nos llama a tratar de participar políticamente con más voluntad y compromiso. Es la pérdida creciente de libertad y respeto a una justicia independiente que son la base  y el sustento de nuestro sistema democrático republicano.

Por Juan Carlos Neves

Hace pocos meses, tres hombres que participamos en política y cuya formación de origen es militar, fuimos invitados por un grupo de suboficiales retirados a reunirnos y tratar de coordinar esfuerzos para encaminar políticamente variadas inquietudes que hacen a nuestra querida patria, entre que las que están, por supuesto, las cuestiones vinculadas a la defensa  y a sus  protagonistas. Luego de algunas reuniones convinimos en crear un espacio político al que llamamos PODER SER,  nombre formado por la primeras letras de palabras que simbolizan y resumen nuestro pensamiento, a saber: Paz, Orden, Defensa, Ética y Republicanismo con Seguridad, Educación y Responsabilidad.

También convinimos en que este espacio político, inaugurado inicialmente por dos partidos (en fase de formación y recuperación de personería) Nueva Unión Ciudadana y Defensa de Nuestra identidad y del Movimiento Republicano Cívico Militar, debe estar totalmente abierto a la incorporación de todos aquellos que compartan los valores y principios que declaramos, ya que el futuro de la Argentina pasa por una unión y participación amplia y generosa.

Es posible que muchos se pregunten si es necesario construir nuevos espacios en medio de una oferta política sobredimensionada pero la respuesta es que raramente encontramos diferencias de fondo entre las propuestas gubernamentales  y la de la mayoría de los partidos que se dicen opositores. Es sorprendente el mayoritario apoyo que encuentran propuestas socialmente destructivas como la de despenalización de la droga, absurdos tales como hablar de “genero asignado al nacimiento” según menciona la Ley de Identidad de Género 26743, de reciente sanción, como si la enunciación de lo que la naturaleza muestra fuera un capricho o una imposición de un burócrata. Tampoco olvidamos los variados proyectos de despenalización del aborto, presentados con apoyo de representantes de casi todas las bancadas o la entusiasta desvalorización del matrimonio, ya iniciada al extender esta figura  a las uniones de personas del mismo sexo y ahora totalmente desvirtuada en el nuevo proyecto de Código Civil. Tampoco estuvieron exentas de apoyo multipartidario leyes como la expropiación  de YPF o la confiscación de los fondos de las AFJP efectuada sin atender a la opinión de los usuarios que eran (ya  no son) los auténticos dueños de los dineros ahorrados para su jubilación.

Por formación y convicción también tenemos en el nuevo espacio preocupación por los ignorados problemas del área de la Defensa que se ven magnificados por la impunidad con que los británicos operan sin restricciones ni preocupaciones en el Atlántico Sur (se permiten hacer saber el envío de submarinos nucleares y situar plataformas petroleras  en aguas jurisdiccionales argentinas) y por supuesto creemos que la problemática de la seguridad no puede seguir degradándose en todo el territorio nacional y  en sus fronteras. Solo en el breve lapso de una semana tuvimos además de los asesinatos cotidianos en situación de robo y los secuestros extorsivos, los crímenes y los desbordes de violencia cometidos por las llamadas “barras bravas”, asociaciones ilícitas que bajo el pretexto de alentar a equipos de futbol han creado verdaderas organizaciones delictivas que operan a la vista de todos y que han tenido hasta apoyo oficial en ocasión del mundial de Sudáfrica. Y no faltó un frustrado intento de atentado con explosivos en el lugar de presentación del ex presidente de Colombia, Uribe, que sin perjuicio de  las dudas creadas por el juez Oyarbide  acerca de la magnitud del aparato, demuestran que el terrorismo subversivo traspasa fronteras y las  nuestras, en particular, tienen  una extraordinaria permeabilidad. 

No debería sin embargo sorprender demasiado esta permeabilidad fronteriza, manifiesta también en la cantidad de cargamentos de droga que han comenzado a ser decomisados  en nuestro territorio,  si observamos el número de gendarmes  y perros adiestrados que están dedicados a tareas tan impropias para su profesión como tratar de evitar la compra venta de dólares. Es notable aseverar que no hay ley ni decreto que haya modificado la libertad de cambio que autoriza la compra de hasta dos millones de dólares  mensuales (la misma suma que hace unos años adquiriera el difunto ex presidente Kirchner). Tan solo se ha establecido la obligación de consultar antes de cada operación si la AFIP  la autoriza  y la mencionada repartición dice sistemáticamente que no valida tal operación. Por este sencillo pero inicuo mecanismo se impide una operación cambiaria lícita sin siquiera dar la cara  y admitir que se ha  cerrado el mercado de cambios por falta de divisas o por lo que fuere. El Senador Aníbal Fernández, que ya no es Ministro pero que conserva algunas de sus atribuciones como vocero oficial, ha dicho que las operaciones cambiarias son posibles para quien tiene su dinero en blanco. Dadas las sobradas pruebas de que eso no es  cierto debemos deducir que ni aun el señor Senador conoce las normas que verdaderamente se están aplicando en el país. Este estado de cosas ha motivado la aparición de un mercado de cambios informal en que la divisa llegó a superar el valor de los seis pesos  y amenaza seguir afectando la economía  además de la libertad. Similar procedimiento de prohibición sin acto legal que lo valide se viene imponiendo a las importaciones, incluyendo a las provenientes de vecinos regionales y miembros del MERCOSUR. Hacia adentro del país esto produce múltiples inconvenientes y quejas de empresarios y usuarios insatisfechos. Fronteras afuera las reacciones son más graves y ya han provocado medidas de reciprocidad de Brasil y una presentación formal ante la Organización Mundial del Comercio por parte de la Unión Europea. Las respuestas oficiales han sido infantiles, señalando que se nos censura por prácticas que otros países también ejecutan pero sin reparar que la falta de oficialización de las medidas, que pretende evitar represalias, es justamente lo que no se perdona porque priva de conocer las reglas de juego vigentes  e impide todo tipo de planificación y prevención.

Tampoco encontramos propuestas políticas que indiquen la existencia de un planeamiento estratégico que apunte a la solución de los graves problemas estructurales que nos afectan. El gobierno, por el contrario, hace gala de improvisación permanente, de lo que ha dado muestras una vez más esta semana al rescindir por decreto la concesión a la Empresa  de Trenes de Buenos Aires (TBA) que operaba la línea en que murieron más de 50 personas en el choque de la estación del Once. Decíamos en nuestro informe del 26 de Febrero que TBA no podía seguir gerenciando el servicio pero también que era imprescindible elaborar un plan urgente para solucionar los graves problemas detectados y dar seguridad al servicio, para lo cual mencionamos algunas medidas básicas. El gobierno demoró más de 90 días en adoptar una resolución respecto a TBA pero luego simplemente atinó a conceder el servicio a otras dos empresas sin trámite licitatorio ni enunciado de plan alguno. Detrás del gobierno tampoco escuchamos planes alternativos de otros sectores que coinciden en la crítica pero que dejan dudas  acerca de su capacidad para solucionar los problemas de fondo.

Sin embargo, hay algo que nos llama más que todo esto a tratar de participar políticamente con más voluntad y compromiso. Es la pérdida creciente de libertad y respeto a una justicia independiente que son la base  y el sustento de nuestro sistema democrático republicano. En materia de libertad de expresión se cierra el círculo de presión  sobre los medios no controlados por el gobierno con el fallo de la Corte Suprema que acaba de fijar para fin de este año el cese del amparo que impedía  el desmembramiento del grupo Clarín. Curiosamente el gobierno no ha exigido el cumplimiento de la desinversión a otros grupos que le son afines, demostrando una parcialidad que no requiere de mayores pruebas a la luz de la burda campaña desarrollada bajo el título  “Clarín miente” que ha tenido la desvergüenza de llevar hasta a la misión comercial en Angola. En materia económica, bajo la excusa de evitar la salida de dólares y fiscalizar su compra la Administración Federal de Ingresos  Públicos (AFIP) ha creado nuevas normas que obligan a informar mediante el llenado de un formulario a quienes viajen al exterior con paquetes comprados en agencias. Esta sucesión de normas ya va adoptando el carácter de un acoso fiscal insostenible.

Pero lo más grave es, sin dudas, la extensión constante de la persecución judicial fundada en la supuesta comisión de delitos de “lesa humanidad”. Quienes pensaron que la aplicación de leyes retroactivas y la inclusión desmesurada de figuras delictivas bajo la figura de “lesa humanidad”, efectuada a fin de puentear las prescripciones, era aceptable porque sólo alcanzaba a un grupo de militares, se están enfrentando ahora a la amarga realidad de que esta modalidad no tiene límites. Primero fueron los directivos de Papel Prensa, siguieron jueces que no se sumaron a la onda persecutoria y ahora ya arremeten contra variados empresarios entre los que  fueron citados los directivos del Ingenio Ledesma. Mientras tanto los juicios contra militares, que según pidió la señora presidente debían finalizar durante este período de gobierno, siguen sumando detenidos y agravios judiciales. Poca libertad tienen los jueces al respecto cuando el Congreso ha felicitado a los jueces que votaron condenas, el presidente de la Corte Suprema ha justificado los juicios porque son política de Estado y se ha denunciado a los jueces que supuestamente no actuaron con la necesaria diligencia. Cuando definimos nuestro espacio comenzando con la palabra Paz (con mayúsculas) pensamos no solo en la paz interior y el imperio de la justicia como medio  de la resolución de conflictos sino también en eliminar las antinomias  y las acusaciones que vienen desde el pasado y que al ser dirigidas hacia un solo sector se parecen mucho más a una revancha que a una sincera búsqueda de justicia.
Si usted  se pregunta qué queremos Poder Ser, la respuesta es que queremos ser una gran nación en que imperen la paz, la libertad, el bienestar y una justicia  para todos.

Me despido con un abrazo y con la esperanza de que el  mensaje del Cardenal Bergoglio del día  25 de Mayo, día de la Patria, haya calado en los corazones de quienes tienen poder de decisión.

Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana